Diariamente, Quito produce 120 megavatios de energía eléctrica a partir del biogás que se genera de la descomposición de los residuos sólidos dispuestos técnicamente en el relleno sanitario. Desde el último trimestre del 2017, la Municipalidad realizó el lanzamiento oficial de la planta, que funciona con moderna tecnología.
Con este proyecto de energía renovable, el Municipio capitalino reduce el impacto negativo que el biogás ocasiona al ambiente e impulsa iniciativas sustentables pioneras en el país. Se proyecta capturar 24,5 millones de metros cúbico de biogás por año, con lo que se evitará una huella de carbono de 215.107 toneladas de dióxido de carbono.
La Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (EMGIRS-EP) implementó la planta en dos fases y es operada a través de una alianza pública-privada con la empresa GasGreen.
En el relleno sanitario se disponen 2.000 toneladas de residuos sólidos urbanos por día. Al descomponerse estos desechos generan lixiviado, que son líquidos percolados, y biogás que está compuesto por metano, por lo que es 25 veces más contaminante que el dióxido de carbono.
El biogás, para ser utilizado en la planta, es captado desde el interior del cubeto, a través de tuberías de HDPE (polietileno de alta densidad). Este flujo es dirigido hacia dos motogeneradores, acoplados cada uno a un alternador, que funcionan bajo el ciclo de Otto (combustión interna).
